Crónica País Vasco.

Crónica País Vasco.

Alcalde de Ermua promueve la educación contra la intolerancia y el respeto a la diversidad.

Alcalde de Ermua promueve la educación contra la intolerancia y el respeto a la diversidad.

En el homenaje a vecinos asesinados por la organización terrorista ETA en la localidad de Ermua, el alcalde Juan Carlos Abascal ha hecho un llamado a transmitir a las nuevas generaciones el legado de la memoria de lo sucedido.

Ermua (Bizkaia), 12 de julio.

Abascal instó a seguir educando para combatir la intolerancia, fomentando el respeto hacia aquellos que son diferentes. Expresó su deseo de contribuir a reparar el daño a las víctimas desde la memoria y promover una convivencia basada en el respeto a la diversidad de orígenes e identidades.

En el acto realizado en honor a Sotero Mazo, vecino de Ermua asesinado por ETA en 1980, y al concejal del PP Miguel Ángel Blanco, asesinado tras ser secuestrado hace 27 años, estuvieron presentes autoridades como el vicelehendakari Mikel Torres, la consejera Maria Jesus San Jose, el director Alberto Alonso, la Subdelegada Mar Dabán, y familiares de las víctimas.

Abascal afirmó que estos aniversarios son momentos de tristeza pero también de esperanza, ya que lograron vencer el miedo impuesto por el terrorismo. Reconoció la valentía de los vecinos de Ermua por luchar por la libertad y la democracia.

El alcalde resaltó la importancia de seguir aportando desde la memoria en la reparación del daño a las víctimas y en la construcción de una convivencia respetuosa con la diversidad. Destacó la valentía de quienes lideraron las movilizaciones en defensa de la libertad y la democracia.

En este vigésimo séptimo aniversario del secuestro y asesinato de Miguel Ángel y Sotero, Abascal reafirmó el compromiso de rendir homenaje a todas las víctimas del terrorismo y aquellos que lucharon activamente contra ETA. Subrayó que, a pesar de los crueles actos terroristas, la libertad y la dignidad no fueron arrebatadas.

Abascal recordó cómo la movilización ciudadana en Ermua marcó un antes y un después en la lucha contra el terrorismo, rompiendo el silencio y parálisis que reinaba en la sociedad. Destacó la actitud de lucha y movilización de la comunidad como un punto de inflexión en la lucha contra el terrorismo y en la defensa de los ideales y la convivencia pacífica.