Arza señala que las mejoras provienen de Madrid, no de la supuesta "lucha" de sindicatos autoproclamados como mayoritarios.
El sindicato UGT ha manifestado su compromiso de "esforzarse" para alcanzar un "acuerdo bipartito" que establezca un salario mínimo garantizado para la negociación colectiva en el País Vasco. Esta declaración fue realizada por Raúl Arza, secretario general de UGT-Euskadi, quien enfatizó la importancia de aprovechar todas las oportunidades para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores.
Durante su intervención en el Forum Euskadi en Bilbao, Arza criticó a otros sindicatos que, a su juicio, se jactan de tener una "mayoría combativa" pero que no han logrado resultados tangibles a pesar de las huelgas emprendidas contra el Gobierno Vasco. Según UGT, las verdaderas mejoras provienen de los acuerdos alcanzados a nivel nacional en Madrid, más que de las acciones de protesta local.
El líder sindical argumentó a favor del diálogo social, señalando que es "claramente beneficioso" tanto en Euskadi como en el contexto estatal. Afirmó que las mejoras que reciben los trabajadores vascos, tanto en el sector público como en el privado, son el resultado de los acuerdos entre UGT y CCOO a nivel nacional. Esto incluye logros como el "escudo social" implementado durante la pandemia de COVID-19 y los incrementos significativos en el salario mínimo a lo largo de los años.
Arza destacó los avances logrados en Euskadi, mencionando el "acuerdo de bases" para la ley de Empleo y un pacto para mejorar el acceso a la Renta de Garantía de Ingresos. También hizo hincapié en la necesidad de abordar temas cruciales como la incapacidad temporal y la búsqueda de un pacto social por los cuidados, en un contexto donde la ley de Empleo y la reforma de Lanbide están en proceso.
El secretario general de UGT reafirmó que el sindicato está decidido a "no desaprovechar ninguna mesa de negociación" que se presente, asegurando que participarán activamente en todos los foros que ofrezcan la posibilidad de mejorar las condiciones laborales.
En otro orden de ideas, Arza opinó que los índices de absentismo laboral en Euskadi están siendo "magnificados", argumentando que la tasa no difiere significativamente de la media nacional y que, en comparación con otras regiones de Europa, Euskadi se situaría en un rango medio-bajo.
Además, explicó que el País Vasco enfrenta "una serie de condicionantes" que influyen en sus estadísticas de incapacidad temporal, entre las que se incluye el envejecimiento del mercado laboral, donde cerca del 40% de los trabajadores superan los 50 años de edad, y uno de cada cuatro tiene más de 55 años.
El colapso en el servicio de salud también fue mencionado como un factor que retrasa la atención médica, con un 24% de las bajas laborales atribuibles a problemas leves de salud mental, un porcentaje que supera en ocho puntos la media nacional. Arza destacó que esta situación se ve agravada por la insuficiencia de profesionales en salud mental en Osakidetza, donde solo hay 315 psicólogos y psiquiatras para una población de más de 2 millones de habitantes.
El líder de UGT enfatizó que "la mayor presencia sindical" en la región ha llevado a que los trabajadores gocen de más derechos en comparación con otras comunidades, lo que se traduce en beneficios adicionales en cuanto a la incapacidad temporal. Considera que esto es positivo, pues permite que los empleados no se vean obligados a trabajar enfermos.
A nivel de propuestas, Arza sugirió utilizar la estructura de las mutuas para atender enfermedades derivadas de trastornos músculo-esqueléticos, a la espera de que los sistemas de salud autonómicos puedan brindar respuestas adecuadas. Esta medida se implementaría siempre con el consentimiento de los trabajadores y bajo la supervisión de los médicos de cabecera.
Consciente de las críticas que recibe, Arza se comprometió a continuar con el trabajo para mejorar las condiciones de los trabajadores, lo cual, según él, se ha logrado en gran medida a través de los acuerdos firmados en Madrid. Denunció que los convenios de las administraciones públicas en Euskadi son anticuados, muchos de ellos datando de 2009, 2010 y 2011.
En su crítica a la lucha sindical, Arza mencionó que aquellos que se consideran "combativos" no generan mejoras reales, y que las reivindicaciones planteadas no han resultado en cambios significativos, a pesar de las huelgas presentadas. Asegura que la economía y los permisos a los trabajadores se mejoran a través de los acuerdos nacionales, y UGT seguirá trabajando en esta dirección.
Sobre las propuestas para establecer un salario mínimo vasco, Arza destacó que actualmente Euskadi no tiene la capacidad legislativa para imponer un salario mínimo de cumplimiento obligatorio para todas las empresas. Sin embargo, existe la posibilidad de implementar un salario mínimo garantizado mediante un acuerdo bipartito entre las organizaciones empresariales y sindicales, que podría trasladarse a la negociación colectiva.
Esta propuesta es vista como "interesante" por Arza, ya que las condiciones laborales en Euskadi son distintas a las del resto del Estado. No obstante, subrayó que, si se establece un salario mínimo, este se debería garantizar a través del proceso de negociación colectiva, lo que también implicaría discusiones sobre la jornada laboral.
Arza evitó entrar en detalles sobre la cuantía del salario mínimo, argumentando que hacerlo podría resultar "contraproducente". Criticó las iniciativas que parecen más enfocadas en agitar el mercado laboral con fines electorales en lugar de centrarse en mejorar las condiciones de trabajo.
En otro tema, el secretario general de UGT expresó que el sindicato no se opone a la llegada de trabajadores extranjeros, pero enfatizó que el principal reto consiste en reintegrar al mercado laboral a los casi 110.000 desempleados que ya se encuentran en el País Vasco.
Además, mencionó que hay alrededor de 4.000 trabajadores en situación irregular que reciben prestaciones económicas del sistema de renta garantizada, muchos de los cuales están formados. Arza considera indispensable regularizar su situación para permitir su incorporación al mercado laboral.
Asimismo, hizo un llamado para agilizar el reconocimiento de las titulaciones de extranjeros que ya se encuentran en el País Vasco, argumentando que no tiene sentido que el proceso de homologación se extienda por tres o cuatro años, lo que los deja en situación de subempleo.
Una vez que se resuelvan estos temas, Arza cree que se podrá evaluar si realmente se necesita la llegada de trabajadores extranjeros. Advirtió que existe la tentación de contratar a trabajadores foráneos para reducir los derechos de los empleados locales ya existentes.
Por último, se refirió a la relativamente baja proporción de contratos fijos discontinuos en Euskadi, destacando que la situación es favorable en comparación con otras comunidades autónomas donde este tipo de contratación ha crecido de forma alarmante. Hizo un llamado a regular esta modalidad para evitar abusos por parte de algunos empresarios que utilizan la contratación temporal de manera inapropiada.
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