Atutxa afirma que el reconocimiento de errores por parte de la izquierda abertzale es clave para alcanzar la paz.
La Asociación Mila Esker ha organizado en Vitoria-Gasteiz un acto significativo en honor al exconsejero de Seguridad del Gobierno Vasco, Juan María Atutxa. Este homenaje se llevó a cabo el pasado sábado y reunió a varias personalidades y miembros del cuerpo policial vasco, quienes quisieron rendir tributo a un político que ha sido parte fundamental en la lucha contra el terrorismo en el País Vasco.
En su intervención durante el evento, Atutxa expresó su agradecimiento por la distinción recibida y enfatizó la necesidad de que la izquierda abertzale reconozca y asuma "la pesada carga de sus errores". Reiteró que la aceptación de sus acciones, calificadas por él como "moralmente inaceptables", es un paso crucial para lograr una paz duradera en la región. "Cuanto más rápido asuman su responsabilidad, más cerca estaremos de las condiciones necesarias para vivir en un clima de paz y convivencia", afirmó.
El homenaje tuvo lugar en los salones del Museo Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo, donde se proyectó un video que destacó la trayectoria de Atutxa, quien ocupó el cargo de consejero de Seguridad del Gobierno Vasco desde 1991 hasta 1998. Durante el evento, se le entregó una medalla en reconocimiento a su labor y compromiso en medios de situaciones adversas.
Atutxa recordó con emoción a los 15 miembros de la Ertzaintza que fueron asesinados por ETA, extendiendo su homenaje a todos aquellos que, bajo diferentes uniformes, lucharon contra la violencia terrorista respetando siempre los derechos humanos. Destacó que este homenaje es un testimonio de la dolorosa realidad que representa el terrorismo, que solo puede legar dolor y destrucción.
El exconsejero, que sobrevivió a hasta diez intentos de atentado por parte de ETA, declaró que su agradecimiento hacia la Asociación Mila Esker es "más que una mera formalidad". Apreció el profesionalismo de quienes a lo largo de su carrera lo protegieron, subrayando que su seguridad fue el resultado del trabajo en equipo y de la colaboración con la Ertzaintza.
Atutxa subrayó la importancia del esfuerzo y la disciplina en la labor policial, afirmando que un policía debe afrontar un inmenso peso emocional y físico en su trabajo diario. "Me siento como un ertzaina", expresó, aludiendo a la solidaridad y al compromiso que siempre reconoció en el cuerpo policial vasco.
El exconsejero manifestó su satisfacción por haber pasado por momentos difíciles con el apoyo incondicional de la Ertzaintza, sosteniendo que la unidad en los instantes críticos se fundamentó en un compartido respeto por la legalidad y los derechos fundamentales. Resaltó que su responsabilidad ante el Parlamento, tanto en aciertos como en errores, siempre fue una prioridad.
Atutxa también recordó sus visitas a víctimas de la violencia en diferentes localidades del País Vasco y otras regiones de España, donde buscó acompañar y aprender de su dolor en un esfuerzo por contribuir a la paz. Indicó que estas acciones eran parte de un compromiso más amplio para eliminar las consecuencias de la violencia que habían afectado la convivencia en la sociedad vasca.
Atutxa también abordó la situación actual, reconociendo que aunque se avanza hacia la paz, todavía existe un camino por recorrer, especialmente con ciertas actitudes que perpetúan el odio y la intolerancia. Criticó las falsedades que rodean los crímenes de terrorismo, las cuales aún afectan a la capacidad de algunas personas para enfrentar la realidad de sus acciones pasadas.
Para el exconsejero, solo al reconocer la gravedad de sus acciones se podrá comenzar a construir un futuro de paz. Insistió en la necesidad de abordar la memoria histórica para no repetir los errores del pasado, agregando que el Centro Memorial desempeña un papel crucial al reivindicar la voz de todos aquellos que han sido víctimas del terrorismo.
Al respecto, destacó que quienes no asuman su responsabilidad comprometen la credibilidad de sus actuales posturas. "Sus estrategias son una enmienda total a su historia y muestran una tardía intención de incorporarse a la democracia", criticó. Afirmó que el reconocimiento hacia aquellos que lucharon por el lado correcto de la historia es igualmente esencial para consolidar un camino hacia la reconciliación.
Para finalizar, Atutxa reiteró su agradecimiento por el homenaje, que considera un acto de memoria colectiva. Abogó por una sociedad en paz y justicia, donde cada voz pueda ser escuchada, y se respeten tanto los derechos de las mayorías como de las minorías. Denunció, además, la deriva que afecta a ciertas instituciones del Estado que, según él, deben estar al margen de la práctica política partidista para mantener su legitimidad.
Julio Rivero, presidente de la Asociación de Ertzainas Mila Esker, resaltó la importancia de la gestión de Atutxa al frente de la consejería, que permitió elevar la credibilidad y la eficacia de la Ertzaintza en la lucha antiterrorista, convirtiéndola en una de las fuerzas policiales más valoradas por la ciudadanía. Puso de relieve que el firme apoyo de Atutxa a la Ertzaintza le acarreó ser un blanco prioritario para ETA, que intentó acabar con su vida en numerosas ocasiones.
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