Director del Memorial de Víctimas sugiere fortalecer la educación en torno al rechazo al terrorismo.
En un reciente evento en Vitoria-Gasteiz que conmemoró el 'Día de la Memoria', la delegada del Gobierno en Euskadi, Marisol Garmendia, reafirmó su compromiso con una memoria que sea "inclusiva" y que se mantenga al margen de cualquier tendencia partidista o patrimonialista.
El director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez, resaltó la importancia de establecer un acuerdo que permita la expansión de programas educativos dedicados a la deslegitimación del terrorismo. Su objetivo es que los jóvenes comprendan el lado más sombrío de la historia contemporánea de Euskadi.
La ceremonia, que se llevó a cabo en el marco del 'Día de la Memoria', contó también con la presencia de la alcaldesa de Vitoria-Gasteiz, Maider Etxebarria. Durante sus discursos, tanto Domínguez como Garmendia hicieron hincapié en la urgencia de recordar y respetar la memoria de las víctimas de terrorismo, evitando caer en visiones distorsionadas que pudieran emanar de la política actual.
Para Domínguez, la dimensión educativa es crucial para deslegitimar las acciones terroristas. Argumentó que es fundamental involucrar a los docentes en esta misión, ya que su participación puede ser decisiva para el éxito de los programas de enseñanza dedicados a esta temática.
El director señaló que existe un consenso social importante sobre la necesidad de que el recuerdo de las víctimas se incorpore también en el ámbito escolar. Actualmente, hay proyectos valiosos impulsados por diversas instituciones que buscan integrar testimonios de víctimas en el aula, fomentando así una educación que transmita la realidad del sufrimiento implicado en la violencia.
A pesar de estos esfuerzos, Domínguez destacó la necesidad de un "nuevo impulso" para conectar con los más jóvenes. En este sentido, subrayó la necesidad de un acuerdo similar al que permitió establecer el 'Día de la Memoria' hace 14 años, pero enfocado en potenciar la memoria histórica desde el ámbito educativo.
Este acuerdo ideal, según el director del Memorial, debería envolver a instituciones, centros educativos, profesionales docentes, familias y, sobre todo, a las propias víctimas. La meta es ampliar los programas educativos que ayuden a los jóvenes a conocer los episodios más oscuros de su historia y facilitar el acceso a los testimonios de quienes sufrieron en primera persona el terrorismo.
Martínez, quien también participó en la ceremonia, resaltó la capacidad del testimonio de las víctimas para generar empatía, combatir discursos de odio y cuestionar la violencia como herramienta política, enfatizando su papel esencial en el proceso de educación y reconciliación.
La delegada del Gobierno, Garmendia, hizo un llamado crucial al recordar la necesidad de no olvidar a las víctimas. Afirmó que no hacerlo sería "ni ético ni democrático". Resaltó que la verdadera convivencia en Euskadi no puede surgir del olvido ni de la confusión entre víctimas y victimarios. Indicó que es imperativo que aquellos que han promovido y justificaron la violencia reconozcan que ETA no tenía justificación alguna para sus actos de muerte y extorsión.
Garmendia también se pronunció en favor de la búsqueda de "verdad, justicia, reparación y memoria" para todas las víctimas de terrorismo y violaciones de derechos humanos, insistiendo en que la memoria debe ser inclusiva y libre de influencias políticas o patrimoniales.
En un tono enérgico, recalcó que no existen víctimas que se puedan clasificar como "mías" o "tuyas", y que es vital superar las divisiones identitarias para compartir el dolor colectivo y afrontar la responsabilidad, tanto individual como colectiva, por los crímenes pasados.
La delegada subrayó que es "demasiado pronto" para perder la memoria histórica, haciendo hincapié en que recordar es un acto de reivindicación de la verdad vivida y un homenaje al sufrimiento de las víctimas del terrorismo. Si se pierde la memoria del miedo y de los ataques a la libertad, advirtió, se corre el riesgo de que estos episodios se conviertan en parte de una percepción alternativa de la historia.
Garmendia también observó que ya existe una generación de jóvenes en Euskadi que afortunadamente no ha vivido el horror del terrorismo de ETA, pero que deben entender qué sucedió realmente, lejos de relatos que justifiquen la violencia o fomenten el odio.
La reivindicación de la memoria, añadió, es una piedra angular para deslegitimar el terrorismo en todos sus aspectos y para fortalecer la convivencia, la democracia y el Estado de Derecho, no solo en Euskadi, sino en toda España.
Finalmente, la alcaldesa de Vitoria-Gasteiz enfatizó la importancia de no bajar la guardia frente a discursos que puedan amenazar la convivencia y propagan ideas totalitarias que fomentan la animadversión hacia aquellos que son diferentes. Enfatizó que la memoria y el reconocimiento de las víctimas son indicadores del nivel de calidad democrática de una sociedad.
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