Crónica País Vasco.

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El barco Nuestra Señora de Lindes regresa al astillero Mendieta tras 34 años.

El barco Nuestra Señora de Lindes regresa al astillero Mendieta tras 34 años.

El pesquero conocido como Nuestra Señora de Lindes ha retornado a su hogar en Lekeitio, después de 34 años de servicio en la pesca de bajura. Este emblemático barco, construido en 1991 por el astillero Mendieta, tiene ahora un nuevo destino como parte de la colección de Itsasmuseum, donde será exhibido en la grada del astillero local.

La donación de la embarcación ha sido realizada por la familia Bustamante Cortabitarte, como una contribución al museo que se dedica a conservar y promover la rica herencia marítima del País Vasco. Este esfuerzo se extiende a otros pueblos costeros con tradición pesquera, siendo Lekeitio uno de los más destacados.

Según los representantes de Itsasmuseum, Nuestra Señora de Lindes es uno de los pocos barcos de madera que aún se preservan en Euskadi, convirtiéndose en una pieza clave del patrimonio cultural marítimo de la región.

Con 16 metros de longitud y capacidad para 25 toneladas, el barco partió en la madrugada del lunes desde San Vicente de la Barquera, navegando toda la noche hasta llegar a Lekeitio cerca del mediodía, siendo recibido en su entrada al puerto por el yate Kulixka.

Al llegar a su destino, se le retiraron varias partes de la cubierta como el puente y el aparejo, dejando el casco como fue originalmente construido en el astillero Mendieta.

Este histórico barco se posicionará en la grada del renovado astillero, contribuyendo a una mejor comprensión de la tradición de la construcción naval en el río Lea, un lugar que ha sido emblemático en la carpintería de ribera durante siglos.

El proyecto de exposición ha sido posible gracias a la colaboración entre Itsasmuseum, el Ayuntamiento de Lekeitio, la Diputación Foral de Bizkaia y la Dirección de Puertos y Asuntos Marítimos del Gobierno Vasco.

Además, han sido parte fundamental en esta iniciativa entidades como el Isuntza Arraun Elkartea, propietario del Kulixka, así como Juan Antonio Apraiz Zallo, un destacado conocedor de la cultura marítima local y el capitán marítimo de Bilbao, Patxi García Lascurain.