El Parlamento Vasco ha dado un paso importante esta semana al aprobar la formación de una ponencia parlamentaria que tiene como objetivo establecer nuevas legislaciones, o modificar las existentes, para fortalecer la calidad democrática en la comunidad autónoma. Este avance ha surgido del consenso entre los partidos PNV y PSE-EE, quienes han presentado esta iniciativa en conjunto, recibiendo el respaldo de EH Bildu y Sumar, mientras que el PP optó por la abstención y Vox se opuso rotundamente.
La propuesta busca crear un marco normativo moderno y completo que impulse a Euskadi hacia un modelo de democracia más robusto y reconocido a nivel internacional. Resalta la necesidad de considerar derechos humanos fundamentales, promover el respeto y la dignidad de todas las personas, y dar prioridad al bien común. Además, se hace hincapié en la importancia de asentar la colaboración entre las instituciones y la ciudadanía para fomentar un ambiente democrático participativo.
Otro de los ejes de esta ponencia es el fortalecimiento del debate público y la lucha contra la desinformación, además de profundizar en valores éticos que promuevan la libertad, la igualdad y la justicia social. A este respecto, la iniciativa también propone alinearse con la estrategia denominada European Democracy Shield, cuyo desarrollo está a cargo de la Comisión Europea, subrayando el compromiso del Gobierno Vasco con estas directrices.
El parlamentario del PNV, Xabier Barandiaran, enfatizó durante el debate la situación de polarización política y desafección que se vive actualmente, manifestando que “la democracia está en crisis”. A su juicio, a pesar de ciertos signos de debilidad en la democracia vasca, también hay elementos de fortaleza que deben preservarse, argumentando que no son solo las leyes, sino también las comunidades cohesionadas, quienes sostienen la democracia.
Barandiaran expresó que se debe abrir un espacio de diálogo sobre la calidad democrática y abordar aspectos como un código deontológico y las evaluaciones de políticas públicas, invitando a la participación activa de la ciudadanía y expertos en la materia. También agradeció a EH Bildu por sus aportes constructivos al debate, sugiriendo a la oposición que esta era una oportunidad para involucrarse en un diálogo enriquecedor sobre la democracia.
Por su parte, el parlamentario del PSE, Pau Blasi, defendió que aunque la polarización política en Euskadi ha disminuido, persiste una amenaza real que podría dar lugar a fracturas sociales graves si no se actúa adecuadamente. Planteó la necesidad de un debate sereno y constructivo que permita a Euskadi establecerse como un líder en la defensa de la democracia y la lucha contra la desigualdad.
Las intervenciones en el parlamento no se limitaron al intercambio de ideas, sino que también incluyeron críticas a los partidos opositores. Blasi alertó que las políticas que favorecen a la ultraderecha pueden corroer las bases democráticas. Estos comentarios fueron aprovechados por otros parlamentarios que, aludiendo a recientes escándalos de corrupción, cuestionaron la legitimidad de los partidos en el gobierno para hablar de “salud democrática”.
La parlamentaria de EH Bildu, Eraitz Saez de Egilaz, pidió que el debate se centre en la realidad de Euskal Herria, argumentando que el momento actual demanda una discusión profunda y significativa que no se vea influenciada por otros contextos como el de Madrid. Aludió a la necesidad de una gobernanza cooperativa para abordar de manera más efectiva las exigencias de la ciudadanía.
Desde el PP, Laura Garrido calificó de “insulto” la discusión sobre una democracia sólida en un contexto en el que su propio partido enfrenta graves acusaciones de corrupción, sugiriendo que los partidos en el poder deberían rendir cuentas y actuar con responsabilidad en vez de continuar con políticas que favorezcan su situación actual.
En un tono similar, el parlamentario de Sumar, Jon Hernández, mencionó el caso de corrupción que afecta a varios miembros de la política española, destacando que tales incidencias son reflejo de un sistema que necesita urgentemente reformas para erradicar estas prácticas dañinas. En este sentido, la parlamentaria de Vox, Amaia Martínez, fue directa al señalar que el PSOE y el PNV no tienen autoridad para discutir sobre la salud democrática, acusándolos de ser parte del problema que amenaza las estructuras democráticas.
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