El consejero de Salud del País Vasco, Alberto Martínez, ha expresado su descontento con el Ministerio de Sanidad, liderado por Mónica García, al anunciar que su Departamento se negará a participar en el Consejo Interterritorial de Salud. Esta decisión se basa en la percepción de que el ministerio adopta una postura injusta y arbitraria hacia la comunidad autónoma vasca.
Durante su intervención en una comisión, Martínez criticó al Ministerio por centrarse en asuntos ya legislados, mientras descuida sus verdaderas responsabilidades. El consejero argumentó que la inacción del ministerio ha llevado a una falta de avance en ámbitos que son esenciales para la salud pública de Euskadi.
En su declaración, Martínez destacó que su departamento ha hecho propuestas concretas al Ministerio, tales como el incremento de las unidades docentes y el número de orientaciones MIR, así como la posibilidad de retrasar la edad de jubilación de los profesionales sanitarios. Subrayó que su objetivo es fortalecer la formación sanitaria en la región y proteger el uso del euskera, un aspecto que consideran fundamental para el arraigo cultural.
Sin embargo, Martínez lamentó que, a pesar de los esfuerzos para incrementar la matrícula de estudiantes en la Universidad del País Vasco, el Gobierno vasco se haya encontrado con obstáculos. Destacó la negativa del Ministerio a considerar la propuesta de ponderar el conocimiento del euskera en el examen MIR, lo cual considera un menosprecio a la lengua y cultura de la región.
El consejero argumentó que la legislación vigente ya contempla la valoración del euskera en este ámbito formativo, pero el Ministerio ha cerrado esta posibilidad de manera injusta. Según él, este tipo de decisiones resultan contradictorias, ya que el ministerio proclama el derecho a recibir atención en lenguas oficiales en los hospitales, pero no actúa en áreas donde es necesario realizar mejoras.
Martínez ha insistido en que la falta de acción de la ministra de Sanidad no solo desatiende las necesidades vascas, sino que también erosiona su capacidad de gestión al interferir en competencias que pertenecen al Gobierno vasco. Asimismo, criticó el Sistema de Financiación de Cohesión Sanitaria, al considerarlo perjudicial para Euskadi, aludiendo a un aporte desproporcionado de recursos de la comunidad en comparación con su población.
El consejero, en un tono firme, enfatizó que Euskadi ha aportado 169 de los 312 millones de euros destinados a la financiación sanitaria en toda España, lo que representa una carga desmesurada para una población que solo constituye el 5% del total nacional. Esta situación ha generado una gran frustración entre los dirigentes vascos.
Martínez concluyó su intervención señalando que la situación actual ha llevado a un punto de insatisfacción tal que, de ahora en adelante, Euskadi no participará en el Consejo Interterritorial de Salud ni en caso de que el ministerio mantenga esta postura despótica hacia sus competencias.
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