La consejera de Derechos Humanos ha destacado la valentía de aquellos que se atrevieron a desafiar la ominosa "espiral del silencio" que rodeó el tema del terrorismo en el País Vasco.
VITORIA, 10 Nov.
En un acto celebrado en Vitoria-Gasteiz, el Lehendakari Imanol Pradales ha subrayado la urgencia de establecer una memoria histórica que sea "completa, sin discriminaciones ni olvidos". Según Pradales, es fundamental abordar el pasado sin caer en el "revanchismo", adoptando una postura que contrarreste los relatos "autojustificativos y autocomplacientes" relacionados tanto con el terrorismo como con las violaciones de derechos provocadas por abusos policiales.
Durante el evento, organizado por Gogora-Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, Pradales ha rendido homenaje a aquellos que, contra el miedo, ofrecieron muestras de apoyo y cercanía a las víctimas de ETA, actuando como faros de esperanza en tiempos oscuros.
El Lehendakari ha abordado en su discurso no solo la historia de los atentados y secuestros perpetrados por ETA, sino también otras formas de violencia que han marcado la vida pública, haciendo un llamado a construir una memoria fundamentada en principios éticos y democráticos.
"Es esencial que nuestra construcción de la memoria se edifique sobre la verdad", afirmó, enfatizando la necesidad de una memoria que sea "sincera, clara y justa" en virtud del inmenso sufrimiento que ha caracterizado la historia de esta comunidad, agobiada por el terror, la injusticia y el dolor.
Pradales insistió en que el esfuerzo por construir una memoria "completa" es fundamental para las generaciones futuras, advirtiendo que los jóvenes que han crecido en un contexto posterior a la disolución de ETA tienen la responsabilidad de no repetir los errores del pasado. "Este 'Día de la Memoria' debe servir para mirar hacia atrás con el fin de avanzar hacia un futuro más prometedor", declaró.
La memoria, según el Lehendakari, debe reafirmar el derecho a la vida, la dignidad humana y los Derechos Humanos en un contexto donde estos principios son cruciales para fortalecer la democracia. Pradales destacó el papel proactivo de la inmensa mayoría de la sociedad vasca, que rechazó con firmeza la "violencia e injusticia", describiendo esa reacción como "espontánea y sincera".
María Jesús San José, consejera de Justicia y Derechos Humanos, también se pronunció durante el acto, afirmando que una sociedad desprovista de memoria se convierte en una entidad "enferma, inhumana y perdida", incapaz de construir talleres éticos que favorezcan la convivencia.
San José remarcó el esfuerzo de la sociedad vasca y su institucionalidad para transformar la memoria de las víctimas del terrorismo y de la violencia policial injusta en el cimiento de un futuro en paz, fundamentado en principios de libertad, tolerancia, justicia y respeto por el pluralismo.
Con el objetivo de construir un relato compartido, San José invitó a establecer una memoria que respete ineludiblemente los Derechos Humanos y los valores democráticos, por los cuales la sociedad vasca ha luchado incansablemente.
La consejera insistió en que este relato debe desterrar cualquier intento de justificación o negación de la violencia, que solo ha llevado al dolor y la fractura social. Por ello, promovió la creación de una memoria basada en hechos históricos concretos, desprovista de imprecisiones o verdades a medias.
San José añadió que esta memoria deberá reconocer la "complejidad" del pasado vasco, evitando la tentación de ocultar realidades dolorosas. "Una sociedad madura, como la vasca, debe saber enfrentar su historia, sin importar lo penoso que sea", resaltó.
La consejera también enfatizó que la memoria debe incluir a todas las víctimas, haciendo eco tanto del sufrimiento causado por ETA como de las violencias perpetradas por otros grupos como el GAL o el Batallón Vasco-Español, incluyendo a las afectadas por abusos policiales.
San José hizo hincapié en que todas estas personas han sido víctimas de intentos por imponer un proyecto político totalitario a través del terror y la coerción. Es por ello que resulta crucial recordar los esfuerzos de aquellos que defendieron valores democráticos y no violentos en tiempos de profunda crisis, obras que son parte vital de la memoria democrática de Euskadi.
Finalmente, la consejera subrayó que el 'Día de la Memoria' busca honrar la labor de aquellos ciudadanos que, ya sea de forma anónima o pública, decidieron desafiar la parálisis del miedo y romper con la "espiral del silencio" que tanto ha marcado a la sociedad vasca.
San José concluyó señalando que, sin importar el alcance de sus actos, cada gesto contó, afirmando que fueron individuos que decidieron mirar a las caras de las víctimas, ofreciendo cercanía y apoyo en un momento en que ese gesto representaba un bálsamo ante el incomprendido dolor. Este tipo de contribuciones son esenciales para moldear una sociedad que sería fiel a principios de libertad, dignidad y tolerancia.
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