VITORIA, 15 de noviembre.

En un notable despliegue de solidaridad y compromiso, la mayoría de los equipos de bomberos y emergencias que viajaron desde el País Vasco para ayudar en las labores de recuperación tras la reciente dana en Valencia han comenzado su retorno a Euskadi. Este regreso se produce después de que las tareas asignadas a estos valientes profesionales hayan sido completadas con éxito.

A pesar de este regreso, la ayuda vasca no se detiene. La unidad canina de la Ertzaintza está preparando una nueva misión y partirá el próximo lunes hacia Valencia, donde continuará colaborando en la búsqueda de las personas que, lamentablemente, aún se encuentran desaparecidas tras la catástrofe.

Los primeros efectivos de bomberos y técnicos de emergencias de Euskadi llegaron a Valencia el 3 de noviembre, en una operación que también implicó a profesionales de la Cruz Roja y de la DYA. Así lo ha subrayado el Gobierno Vasco en un comunicado, resaltando la cooperación interinstitucional en momentos de crisis.

El mandato recibido de la Generalitat Valenciana incluía la tarea primordial de drenar el agua acumulada en bajos y alcantarillado. Desde entonces, los equipos vascos han llevado a cabo diversas acciones adicionales, todas orientadas a facilitar la recuperación de las áreas más afectadas por la dana y a restaurar la normalidad en la vida de los ciudadanos valencianos.

Desde el comienzo de esta emergencia, las instituciones del País Vasco han trabajado de manera conjunta para enviar apoyo a la comunidad valenciana. La colaboración con la Generalitat Valenciana se mantiene activa y constante, mostrando que, si emergen nuevas necesidades, tanto el Gobierno Vasco como las diputaciones forales y Eudel están plenamente "dispuestos a colaborar" en lo que sea necesario.

Reiterando este compromiso, es importante mencionar que la mencionada unidad canina de la Ertzaintza tiene programado partir hacia Valencia el lunes, apuntando a reforzar los esfuerzos destinados a localizar a las personas desaparecidas, un acto que refleja la empatía y la solidaridad que caracterizan a las instituciones del País Vasco.