Ternera defiende su postura sobre ETA y responsabiliza al Estado por los atentados con niños perdiendo así la culpa del terrorismo.
El exdirigente de ETA José Antonio Urrutikoetxea, conocido como 'Josu Ternera', ha ofrecido una entrevista-documental en el Festival de San Sebastián en la que se desvincula de las masacres por las que puede ser condenado en España. En dicha entrevista, lamenta las víctimas por considerar que fueron producto de los "errores" de la banda y las "trampas del Gobierno".
Urrutikoetxea no muestra arrepentimiento por su trayectoria en ETA y afirma que los atentados de la banda no eran actos de terrorismo. Incluso llega a decir que sería "monstruoso" afirmar que su vida no ha tenido sentido a causa de su participación en la organización. Además, se distancia de las masacres por las que se le acusa en España y culpa al Estado por permitir asesinatos de niños debido a su falta de diligencia para evitar estos crímenes.
En relación al atentado de Hipercor, Urrutikoetxea sostiene que el propósito de ETA no era el de cometer actos de terrorismo. Lamenta las víctimas, especialmente las de "clases populares" y "críos", y atribuye el ataque a un "error de cálculo" y a "entrar en la trampa del Gobierno". Al ser confrontado por el periodista Jordi Évole sobre el uso de explosivos para propagar el fuego y calcinar a las víctimas, Urrutikoetxea considera que se trata de una afirmación exagerada.
El exdirigente de ETA se desvincula de su responsabilidad en masacres de los años 80, como la casa-cuartel de Zaragoza, por la que la Fiscalía de la Audiencia Nacional le solicita una condena de 2.354 años de prisión. Urrutikoetxea argumenta que no existen pruebas que lo sitúen en la dirección de ETA en esa época.
Urrutikoetxea reconoce su participación en dos atentados: el asesinato del alcalde de Galdakao en 1976, por el cual ya ha sido amnistiado, y el del presidente franquista Carrero Blanco en 1973, aunque limita su responsabilidad a apoyo logístico.
El exdirigente de ETA resume su trayectoria de 50 años destacando sus "aciertos y errores", como su papel en las conversaciones con el socialista vasco Jesús Eguiguren y su participación en el comunicado del fin de ETA. Se considera a sí mismo un militante en la lucha del pueblo vasco y defiende que su objetivo fue "encaminar la solución negociada para superar el conflicto", aunque niega haber sido el líder de la organización.
En la entrevista, Urrutikoetxea sostiene que los atentados de ETA no fueron motivados por el desacuerdo con las ideas de las víctimas, en contraposición al yihadismo que, en su opinión, sí constituye terrorismo. Sin embargo, muestra empatía hacia las víctimas de los atentados con coche bomba.
El exdirigente de ETA argumenta que su entrada en la organización fue motivada por un atentado del grupo ultraderechista Batallón Vasco Español contra él y su familia en los años 70. Según él, esto evidencia décadas de violencia que considera atribuibles al Estado español.
Urrutikoetxea afirma que la violencia armada nunca fue un objetivo en sí mismo para ETA, sino una forma de presionar al Gobierno para sentarse en una mesa de diálogo y resolver el conflicto. En relación a los actos más polémicos de ETA, como el secuestro de Ortega Lara o el asesinato de Miguel Ángel Blanco, Urrutikoetxea argumenta que tenía información limitada y no considera que fueran acciones acertadas.
El exdirigente de ETA critica la labor policial y judicial en el fin de la organización, calificándola como una "batalla del relato". Aunque reconoce que los dos Estados (España y Francia) contaban con medios para dificultar su actividad, desacredita su influencia en la desarticulación de ETA.
Urrutikoetxea asegura que su participación en el comunicado del fin de ETA no fue ni una victoria ni un fracaso, sino un paso necesario. Reconoce que los atentados deberían haber cesado en 2005 y admite que podría haber hecho más para frenar la espiral de violencia.
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