El Lehendakari, Iñigo Urkullu, ha condenado "con rotundidad" los episodios de violencia que se han vivido estos últimos días en las protestas contra la amnistía. Según Urkullu, estos actos violentos son provocados por grupos de ideología fascista y promovidos desde sectores políticos y sociales que dicen defender la democracia. El Lehendakari ha llamado a desconvocar "la oleada de protestas" que genera odio, rencor y violencia.
Urkullu ha calificado estos actos de vandalismo como "inaceptables, muy graves y preocupantes". Considera que aquellos que "alimentan" estas actitudes de confrontación son cómplices y exige una condena "clara y rotunda, sin medias tintas, sin excusas ni justificaciones".
El Lehendakari ha realizado esta declaración institucional frente a los episodios violentos que se han vivido en torno a las concentraciones convocadas contra la Ley de Amnistía en la sede del PSOE de Ferraz, en Madrid.
Según Urkullu, estamos presenciando una deriva social antidemocrática en todo el mundo, incluyendo el Estado español. La violencia, afirma, no tiene cabida en democracia y es demasiado frágil como para jugar con ella. Los ataques que han ocurrido son inaceptables en un Estado de Derecho.
El Lehendakari culpa a quienes han alimentado durante años estas actitudes de confrontación de ser cómplices y responsables de lo que está sucediendo. Por ello, insta a que la condena a la violencia sea clara y rotunda, sin medias tintas, sin excusas ni justificaciones.
En opinión de Urkullu, ante esta situación solo hay dos opciones: alimentar el populismo, la manipulación, la violencia y un sistema autoritario o defender la democracia representativa, el respeto a la pluralidad y las instituciones.
El Lehendakari hace un llamamiento a desconvocar las protestas que están generando odio, rencor y violencia. Además, insta a preservar Euskadi de este clima de tensión y confrontación y promover una convivencia pacífica entre diferentes, basada en el respeto a las instituciones y a la democracia representativa.
Urkullu considera que esta debe ser una misión compartida que involucre a todos los partidos políticos, instituciones representativas de la sociedad y del Estado de Derecho, así como a los agentes sociales y los medios de comunicación. Según él, la política debe ejercerse desde el compromiso y la responsabilidad con la sociedad, para seguir construyendo en Euskadi una cultura del respeto, el diálogo y la convivencia.