Elkarrekin Podemos, la coalición formada por Podemos, Ezker Anitza-IU y Equo, ha reclamado recientemente un consenso en la reforma del marco fiscal vasco. Esta petición aparece en un momento en que el Gobierno Vasco está inmerso en un proceso de revisión del régimen fiscal propio de Euskadi.
Desde la coalición, se considera que es necesario llegar a acuerdos amplios y transversales que permitan mejorar la fiscalidad vasca y su capacidad recaudatoria. La idea es que la reforma del marco fiscal vasco cuente con el apoyo de una amplia mayoría social y política, evitando así decisiones unilaterales que puedan generar desequilibrios y descontento.
Elkarrekin Podemos defiende una reforma fiscal progresiva, que apueste por la justicia fiscal y que tenga en cuenta la realidad social y económica del país. Para ello, plantean la necesidad de profundizar en la lucha contra el fraude fiscal y elusión de impuestos, reforzando los mecanismos de control y fiscalización.
Igualmente, se apuesta por una revisión de los tramos del IRPF, para que las rentas más altas paguen más impuestos y se reduzca la brecha entre ricos y pobres. También se plantea la posibilidad de establecer un impuesto a la riqueza y a las grandes fortunas, así como una tasa Tobin para las transacciones financieras.
Por último, desde Elkarrekin Podemos se defiende que los impuestos tienen una función redistributiva y que su recaudación debe destinarse a políticas sociales y de bienestar, como sanidad, educación, vivienda o atención a las personas mayores y dependientes.
La reforma del marco fiscal vasco está en marcha desde hace meses. El Gobierno Vasco ha puesto en marcha una mesa de diálogo social y político para abordar su revisión y ha presentado un documento de trabajo con las principales líneas estratégicas.
Este documento establece la necesidad de mejorar la eficiencia y eficacia de la fiscalidad vasca, para que sea más justa y progresiva, y permita al Gobierno Vasco disponer de recursos suficientes para llevar a cabo sus políticas públicas. Igualmente, se plantea la necesidad de crear un marco fiscal atractivo que favorezca la inversión y el emprendimiento.
Entre las propuestas más destacadas se encuentran la revisión de los tipos impositivos del impuesto sobre sociedades y el impuesto de patrimonio, la creación de un impuesto sobre transacciones financieras o la eliminación de las deducciones fiscales por vivienda habitual o por planes de pensiones.
A pesar de que desde el Gobierno Vasco se insiste en la necesidad de alcanzar un consenso amplio y transversal, la reforma fiscal vasca ha generado críticas desde la oposición. Partidos como el PSE-EE o el PP han cuestionado algunas de las propuestas incluidas en el documento de trabajo presentado por el Ejecutivo Vasco.
Desde el PSE-EE se ha criticado la eliminación de las deducciones fiscales por vivienda habitual, al considerar que esta medida afectaría a las rentas medias y bajas y favorecería a las grandes fortunas. También se ha cuestionado la creación de un impuesto sobre transacciones financieras, al considerar que perjudicaría a la competitividad de la economía vasca.
Por su parte, el PP ha criticado el aumento de la presión fiscal que supondría la revisión de los tipos impositivos del impuesto sobre sociedades y el impuesto de patrimonio. Considera que esta medida afectaría negativamente a la creación de empleo y al crecimiento económico de la región.
En definitiva, la reforma del marco fiscal vasco es un tema de máxima importancia para el futuro de Euskadi. Aunque existen diferentes posturas sobre cómo debería abordarse, lo que parece claro es que es necesario alcanzar un consenso amplio y transversal que permita satisfacer las necesidades de la sociedad vasca y mejorar la justicia fiscal.
La colaboración entre los distintos partidos y agentes sociales es fundamental para lograr un marco fiscal que garantice la prosperidad y el bienestar de todas las personas en la región. Solo así se podrá afrontar con garantías los retos futuros y construir una economía más justa y equitativa.