En una reciente decisión del Comité de Disciplina de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), el Real Betis ha sido sancionado con el cierre parcial de una sección de la grada del Estadio de La Cartuja. Esta medida se implementará durante el encuentro del próximo viernes contra el Deportivo Alavés y afectará a aproximadamente 200 asientos, en respuesta a los abucheos racistas y xenófobos que se escucharon la temporada pasada contra jugadores del Athletic Club en el Benito Villamarín.

Según el comunicado emitido por el propio Real Betis, la sanción surge tras un procedimiento que investigó el comportamiento de algunos aficionados durante el partido de la jornada 22, celebrado en febrero. En este encuentro, se registraron gritos ofensivos dirigidos a los jugadores del equipo rival, lo que ha llevado a la imposición de esta severa medida.

La restricción de acceso al área afectada se llevará a cabo en el estadio de La Cartuja durante el enfrentamiento del viernes, y los abonados que ocupen esos asientos recibirán la notificación correspondiente por parte de la institución. Esta acción refleja una postura firme del club para erradicar cualquier forma de xenofobia o racismo en el deporte.

El Real Betis, fiel a su compromiso, ha reiterado que rechaza contundentemente cualquier acto de racismo o xenofobia, asegurando que dichos comportamientos no representan a sus verdaderos seguidores. Así lo subrayó el club en su declaración oficial sobre la sanción.

El Athletic Club, por su parte, también hizo eco de los insultos que sufrieron sus jugadores, en particular Maroan Sannadi y Óscar De Marcos. Los gritos dirigidos a Sannadi incluían comentarios despectivos sobre su origen, mientras que a De Marcos le hicieron amenazas inquietantes, lo que subraya la gravedad de la situación y la necesidad de tomar medidas. Esta lamentable situación no solo mancha la reputación de un club, sino que también pone de relieve un problema más amplio en el ámbito deportivo.