
Una nueva sala de crisis se implementará en el Centro de Control de Movilidad (MKZ) de Bizkaia, con el fin de garantizar una “respuesta ágil y coordinada” ante incidentes significativos en el ámbito viario. Este desarrollo, anunciado por la Diputación foral, forma parte de una ambiciosa renovación que busca no solo modernizar las instalaciones actuales, sino también expandirlas con un nuevo edificio anexo que sumará más de 440 metros cuadrados.
El diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Carlos Alzaga, presentó el proyecto el pasado jueves, destacando la inversión de 2,70 millones de euros que se destinará a esta overhaul del centro de control. La finalidad es clara: mejorar la eficacia del MKZ para poder atender las crecientes demandas que presenta la red de infraestructuras viarias de Bizkaia, mientras se optimizan la capacidad y sostenibilidad del centro. Alzaga enfatizó el compromiso foral de dotar a Bizkaia de las herramientas necesarias para afrontar desafíos futuros, posicionando la región como un modelo en innovación y sostenibilidad en la gestión de movilidad y seguridad vial.
El MKZ, ubicado en Malmasín, tiene a su cargo la gestión de la red viaria de Bizkaia, excluyendo las vías de peaje, que son administradas por Interbiak. Desde este centro, se supervisa en tiempo real la red de carreteras y sus túneles, gestionando incidentes de manera interconectada con SOS Deiak, así como brindando información actualizada sobre el estado de la red a través de la herramienta Bizkaimove.
Según los datos facilitados por Alzaga, el centro de control procesa más de cinco millones de datos diariamente y, en los últimos cinco años, ha manejado un total de 47.941 incidencias. Asimismo, en lo que respecta a los túneles, controla 66.646 señales provenientes de sensores y actuadores, gestionando 1,3 millones de alarmas en el mismo periodo.
Es importante resaltar que el edificio que alberga actualmente el MKZ fue construido en 1973 y ha sido adaptado a lo largo de los años para hacer frente a las crecientes exigencias de la red viaria de Bizkaia. La reforma integral que ahora se emprenderá está diseñada para conseguir una gestión “más eficiente” de los nuevos proyectos en desarrollo o planificados a corto y medio plazo. Entre ellos destaca la remodelación de los túneles de La Avanzada y Artaza, la nueva Variante de Markina, y las mejoras en las infraestructuras de la BI-636 y BI-30.
Entre las principales innovaciones se incluirá una sala de control de doble altura en el nuevo edificio anexo, que aumentará el número de pantallas de 20 a 32, todas ellas equipadas con tecnología LED, lo cual permitirá una supervisión más detallada y efectiva de la red viaria.
Además, la creación de la mencionada sala de crisis será clave para ofrecer respuestas rápidas y coordinadas ante incidentes importantes, algo que el MKZ no contaba hasta este momento. Desde esta sala, se gestionarán eventos significativos como nevadas o accidentes con derrames de hidrocarburos, con el objetivo de minimizar su impacto y actuar de forma adecuada, según lo explicado por el diputado Alzaga.
Asimismo, se prevén mejoras en las áreas de oficina, que aumentarán de 15 a 24 estaciones de trabajo, así como una modernización de talleres, vestuarios y espacios de descanso. En total, el proyecto abarcará una superficie de 1.044,61 m2, lo que representa un incremento de 444,17 m2 respecto al edificio existente, optimizando los flujos internos y facilitando el acceso directo al exterior desde todas las plantas.
El diputado resaltó que tanto la fachada como la cubierta del nuevo edificio serán completamente renovadas, introduciendo una envolvente de madera que mejorará el aislamiento térmico y reducirá la huella de carbono en términos de fabricación y consumo. Además, se instalarán 28 paneles fotovoltaicos en el techo para garantizar un suministro energético renovable al centro, contribuyendo así a su sostenibilidad.
Junto a estas intervenciones, se llevarán a cabo la instalación de equipos de climatización “de alta eficiencia” y se implementarán estrategias pasivas, como voladizos que protejen las pantallas de la sala de control del deslumbramiento. Todo esto tiene como objetivo alcanzar la certificación energética de tipo A por parte de la Diputación.
En términos de sostenibilidad, Alzaga afirmó que las medidas adoptadas permitirán reducir la huella de carbono del centro, equivalente a la plantación de 246 árboles, lo que subraya el compromiso institucional con el medio ambiente. Además, el diputado garantizó que durante la ejecución de las obras, las funcionalidades del sistema se mantendrán al 100%, asegurando que no habrá interrupciones en el servicio para los ciudadanos.
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