Las monjas clarisas de Belorado, en Burgos, han demostrado una actitud de calma y naturalidad ante la situación que están atravesando, según ha afirmado el portavoz de la comunidad, José Ceacero.
En medio de una disputa con el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, Ceacero ha acusado al prelado de intentar realizar una operación inmobiliaria y de imponer por la fuerza el derecho canónico sobre el civil.
La controversia surgió tras la decisión de las clarisas de Belorado y Orduña de abandonar la Iglesia Conciliar para unirse a la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, liderada por Pablo de Rojas, lo que desencadenó un conflicto que llevó a la intervención de una comitiva enviada por la Santa Sede y la presencia de la Guardia Civil en el convento.
En medio de este escenario, Ceacero ha afirmado que las monjas clarisas continúan afrontando la situación con serenidad y han asumido las posibles consecuencias de su decisión, entre ellas la amenaza de excomunión por parte de las autoridades eclesiásticas.
Además, el portavoz ha destacado que las religiosas rechazan la autoridad tanto de Mario Iceta como del Papa Francisco, y han reafirmado su intención de mantener la normalidad en sus actividades cotidianas.
Por otro lado, Ceacero ha denunciado que el Arzobispado ha enviado un burofax solicitando la salida de las monjas del convento, basándose en el derecho canónico y no en el civil, lo que a su juicio constituye una violación de la libertad de separación establecida en la Constitución española.
En medio de esta polémica, las monjas han decidido cerrar la iglesia para evitar la presencia de medios de comunicación y han establecido que las misas se oficiarán en latín, siguiendo las normas de vestimenta de 1958 impuestas por Pío XII, con hombres usando manga larga y mujeres con falda, medias y velo.
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