Galán aboga por un marco legal claro y valores comunes para garantizar la estabilidad en la inversión.
Iberdrola, junto con una treintena de empresas situadas en Bilbao, ha decidido sumarse a la Carta de Valores de la ciudad, un gesto que no solo supone un compromiso corporativo, sino que también encarna la necesidad de fomentar una cultura empresarial basada en principios sólidos y bien definidos.
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, destacó la relevancia de contar con "reglas claras" y de enmarcar la actividad empresarial dentro de un contexto jurídico que respete la ley y el Estado de derecho. Según Galán, este enfoque proporciona "estabilidad y atractivo" para invertir, así como para generar bienestar y riqueza en la sociedad.
El acto oficial de adhesión se llevó a cabo en la Torre Iberdrola, donde el alcalde de Bilbao, Juan María Aburto, y el propio Galán, presidirán la firma que recoge el compromiso de las empresas participantes para promover actitudes alineadas con los valores que la ciudad desea propiciar. Estos valores incluyen el respeto a los derechos humanos, la justicia social, la igualdad, la solidaridad, y el compromiso con la sostenibilidad y la inclusión, entre otros.
En el transcurso de noviembre, el Ayuntamiento de Bilbao, junto a Iberdrola, llevó a cabo una campaña para inspirar a las empresas locales a unirse a esta declaración de principios éticos, extendiendo la invitación también a las distintas entidades del centro corporativo que Iberdrola tiene en el barrio de Larraskitu. La iniciativa busca reforzar el sentido de responsabilidad social entre los actores económicos de la región.
Durante la ceremonia de firma, una representación amplia de empresas se unió a este significativo compromiso, un acto que refleja la unión de intereses entre el sector empresarial y el gobierno local en la misión de fortalecer los valores fundamentales de la comunidad. Galán expresa su orgullo por esta iniciativa, subrayando que Iberdrola, que tiene sus raíces en Bilbao, ha estado presente y comprometida con el desarrollo de la ciudad durante sus 125 años de historia.
El presidente de Iberdrola también hizo hincapié en los "tiempos revueltos" que atraviesa la sociedad actuales, donde los buenos valores parecen ser erosionados. Al señalar que, en la era del relato mediático, es esencial considerar cómo se cuentan las cosas, tocó un punto sensible: "Una sociedad sin valores claros", afirmó, "es susceptible de caer en la manipulación y la desinformación, lo que conlleva a la confrontación y a la desconfianza, perjudicando el desarrollo social y económico".
En contraste, manifestó que "contar con un marco jurídico sólido y valores compartidos brinda estabilidad y atractivo para la inversión", lo cual es crucial para el bienestar de todos. Este tipo de reflexiones revelan la importancia de navegar con un enfoque ético claro, que trascienda las fluctuaciones económicas que la sociedad pueda enfrentar.
Por su parte, el alcalde de Bilbao, Juan María Aburto, ha compartido su satisfacción por la evolución de esta Carta de Valores, cuya finalidad es que la ciudad sea conocida no solo por su desarrollo urbano, sino también por sus principios éticos. "Este proyecto ha creado un espacio de colaboración y reflexión entre diferentes sectores", explicó Aburto.
En 2018, el Ayuntamiento aprobó este documento que originalmente contemplaba diez principios y que, tras un análisis exhaustivo, se ha ampliado a diecisiete, reflejando así las variadas necesidades de la sociedad actual. Según el alcalde, la adhesión de estas empresas es una señal de que Bilbao "es una ciudad un poco mejor", ya que implica un compromiso colectivo con estos principios.
El primer edil subrayó que mientras es posible superar crisis económicas, las crisis de valores son más complicadas, ya que tocan el núcleo de nuestra identidad cultural. "Cuanta más gente crea en la necesidad de valores sólidos, más robusta será nuestra comunidad", propuso Aburto, reconociendo el reto que representa edificar una sociedad cohesionada en un mundo en constante cambio.
Por último, Aburto hizo un llamado a la reflexión sobre el clima de polarización que actualmente afecta la esfera pública. Aseguró que este enfrentamiento puede dañar irreparablemente procesos colaborativos fundamentales para la convivencia pacífica. Así, abogó por una política que encarne estos valores y que, sobre todo, sirva al bien común. La colaboración entre los sectores público y privado, así como entre entidades públicas, es una de las claves para construir un futuro exitoso y cooperativo en Bilbao.
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