El Consejo de Ministros ha dado luz verde a la oferta pública de adquisición (OPA) del BBVA sobre el Banco Sabadell, aunque con importantes condiciones que garantizarán la continuidad de las operaciones de ambas entidades durante un periodo inicial de tres años. Estos requisitos destacan la necesidad de que se mantenga una clara distinción en la personalidad jurídica, el patrimonio y la gestión de ambas instituciones.

Después de casi un mes de análisis exhaustivo, el Gobierno ha llegado a esta decisión tras percibir posibles repercusiones que podrían afectar el interés general. El Ministerio de Economía, liderado por Carlos Cuerpo, consideró que era fundamental revisar la operación para asegurar que no se menoscaben los objetivos de regulación en el sector financiero, así como el bienestar de los trabajadores y la cohesión entre las diferentes regiones del país.

La autorización para la OPA llega tras la evaluación favorable de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la falta de oposición por parte del Banco Central Europeo. En este contexto, el Ejecutivo ha decidido reservarse la posibilidad de extender el periodo de separación hasta un máximo de cinco años si lo consideran necesario para salvaguardar el correcto funcionamiento de ambos bancos en el futuro.