Crónica País Vasco.

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Masivas protestas en el País Vasco contra el racismo y la xenofobia se despliegan desde Trintxerpe hasta San Sebastián.

Masivas protestas en el País Vasco contra el racismo y la xenofobia se despliegan desde Trintxerpe hasta San Sebastián.

En un contexto donde el discurso de odio parece ganar terreno, SOS Racismo Gipuzkoa ha lanzado una alerta sobre las peligrosas implicaciones de estas narrativas. En una reciente manifestación, aproximadamente 700 personas se unieron para expresar su desacuerdo con los delitos motivados por el odio racial y xenófobo, marcando un hito en la lucha contra estas problemáticas.

El evento, que se celebró el pasado domingo y se conoce como la XXVIII Martxa contra el Racismo y la Xenofobia, tuvo lugar desde el mercado de Trintxerpe hasta los jardines de Alderdi Eder en San Sebastián. Con el lema 'Seguru? Por unos barrios más seguros', la marcha reunió a más de 500 participantes que mostraban pancartas clamorosas por la igualdad y el respeto entre todos los ciudadanos, a la vez que denunciaban los actos de odio dirigidos hacia comunidades racializadas.

La convocatoria fue respaldada por un amplio conjunto de 49 organizaciones, incluidas medicusmundi Gipuzkoa y la Coordinadora de ONGD de Euskadi, con la participación destacada de Nerea Ramos, portavoz de SOS Arrazakeria Gipuzkoa. Ramos subrayó que en los barrios se ha intensificado la tensión social como resultado de robos y preocupaciones comunitarias, apuntando que esta agitación ha sido explotada para estigmatizar a las personas migrantes.

Para ella, el creciente discurso de odio se está transformando en una herramienta peligrosa utilizada por algunos para socavar la cohesión social y desestabilizar las comunidades. En este sentido, instó a las instituciones a proporcionar los recursos necesarios para abordar y manejar adecuadamente la situación actual.

Ramos también enfatizó la legitimidad del miedo experimentado por ciertos grupos, señalando que este tipo de emociones no deben ser minimizadas. Sin embargo, advirtió que una pequeña fracción de la población toma este miedo y lo utiliza para atacar a quienes han llegado en busca de una mejor vida, manipulando el discurso en una dirección equivocada.

En términos de estadísticas, destacó que el año anterior se reportaron cerca de 853 delitos de odio en toda España, 178 de ellos en Euskadi y alrededor de 70-78 en Gipuzkoa, siendo los jóvenes magrebíes uno de los grupos más afectados por estas agresiones.

Respecto a la desinformación y los rumores que circulan, Ramos lamentó su fácil difusión, especialmente a través de las redes sociales, ya que pueden infligir un daño considerable a la percepción pública y contribuir a un clima de hostilidad.

Entre los manifestantes, se alzaron voces que resaltaron la necesidad de visibilizar el aporte positivo de la población migrante, refiriéndose a su contribución en diversas esferas. Se plantearon también cuestiones sobre la discriminación, la explotación y los estigmas que enfrentan muchas trabajadoras extranjeras del hogar.

Un vecino de Pasajes Antxo, donde reside una gran comunidad inmigrante, defendió la convivencia pacífica, argumentando que no es justo cargar a los extranjeros con la culpa de los problemas sociales. Hizo un llamado a asumir responsabilidades y a la necesidad de buscar soluciones inclusivas en lugar de perpetuar la estigmatización.