Crónica País Vasco.

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Pacto de Salud lanza 24 estrategias, inicia nueva etapa sin la participación de Satse, SME, CCOO, UGT, LAB y Sumar.

Pacto de Salud lanza 24 estrategias, inicia nueva etapa sin la participación de Satse, SME, CCOO, UGT, LAB y Sumar.

El consejero de Salud, Alberto Martínez, ha reafirmado su convicción de que la Mesa del Pacto de Salud sigue más activa que nunca, declarando su compromiso de comenzar a implementar las medidas acordadas de inmediato.

El Pacto de Salud entra en su cuarta fase, la de seguimiento, tras completar exitosamente su tercera etapa con la aprobación de 24 documentos estratégicos. Sin embargo, esta nueva etapa estará marcada por la ausencia de algunos actores importantes, como los sindicatos Satse, Sindicato Médico, CCOO y UGT, que han decidido no participar. También se suman a esta lista LAB y Sumar, que ya se habían retirado anteriormente. ESK, por su parte, abandonó el proceso en la fase de diagnóstico, mientras que ELA optó por no implicarse desde el principio.

A pesar de estas bajas, Martínez ha manifestado que este foro sigue siendo relevante y ha hecho hincapié en su compromiso de comenzar la implementación de las medidas acordadas, destacando que el trabajo no puede hacerse de la noche a la mañana.

La reunión de este viernes tuvo lugar en el Bizkaia Aretoa de Bilbao, el mismo escenario donde se lanzó la iniciativa en septiembre de 2024. Durante este encuentro, se evaluaron las líneas estratégicas para la transformación del sistema de salud vasco y se discutió la continuidad de los participantes en la fase de seguimiento y evaluación.

En el transcurso de diez meses, la Mesa del Pacto de Salud ha aglutinado a representantes de diversas organizaciones, incluyendo partidos políticos, sindicatos, universidades y asociaciones de pacientes. Martínez ha reconocido el esfuerzo de más de 500 personas involucradas y ha expresado su agradecimiento a aquellos que han decidido retirarse.

Gracias al trabajo conjunto, este grupo ha podido establecer más de 150 objetivos e indicadores, así como cerca de 300 propuestas. Durante la sesión, se aprobó más del 50% de las líneas estratégicas presentadas, todo ello mediante un amplio consenso.

No obstante, la retirada de LAB y Sumar, así como la decisión de otros sindicatos de no continuar, ha creado un escenario de incertidumbre. El desacuerdo principal se centra en las cuestiones de colaboración público-privada, así como temas relacionados con la política de recursos humanos y la cartera de servicios.

De modo similar, a lo largo del proceso, otros grupos como ESK y ELA ya habían decidido no formar parte de la Mesa. A pesar de ello, varios actores, incluyendo EH Bildu y el PP, han optado por seguir adelante, incluso manifestando críticas hacia el desarrollo del foro.

Tras concluir la reunión, Martínez aseguró que todos los acuerdos alcanzados son suyos y reafirmó su compromiso para llevar a cabo las medidas discutidas. Subrayó la necesidad de un esfuerzo renovado en la transformación de Osakidetza.

El consejero también resaltó la importancia de este proceso, señalando que por primera vez se ha generado una visión clara del sistema de salud vasco, en la que todos los actores, incluidos los pacientes, han podido expresar sus opiniones. La creación de un camino compartido y de un método de evaluación constante son avances significativos logrados hasta ahora.

A pesar de las retiradas, Martínez considera que la Mesa está bien consolidada y ha logrado consensos importantes en las líneas estratégicas que se implementarán pronto.

Destacó que la Mesa está más viva que nunca y está proyectada hacia el futuro, enfatizando la necesidad de dar vida a los acuerdos alcanzados entre los profesionales implicados.

En el cierre de la sesión, los agentes que permanecen en el Pacto firmaron un documento que refleja su compromiso de seguir adelante en la fase de seguimiento y evaluación, después de haber completado las tres primeras fases del proceso.

En la jornada se votaron 24 documentos, entre los cuales algunos, como los relacionados con la colaboración público-privada y los derechos lingüísticos, recibieron menos apoyo. Sin embargo, las líneas estratégicas sobre innovación organizativa y cronicidad obtuvieron un respaldo unánime.

Se realizaron además ajustes en propuestas relacionadas con la enseñanza del euskera en el ámbito de los estudios de salud, removiendo términos considerados problemáticos y suavizando otras cláusulas para facilitar la inclusión.