
Un reciente operativo conjunto entre la Policía Nacional Española y las fuerzas colombianas ha llevado al desmantelamiento de un laboratorio clandestino de producción de sulfato de anfetamina, conocido como 'speed', en la localidad de Zeberio. En esta exitosa operación, las autoridades incautaron una impresionante cantidad de 450 kilos de la sustancia, junto a 500 litros de precursores, 140 plantas de marihuana y 10 kilos adicionales de cogollos. Esto representa uno de los mayores golpes al narcotráfico en la historia de la región.
El logro fue anunciado en una conferencia de prensa celebrada en el Cuartel de la Policía Nacional en Basauri, donde intervinieron la delegada del Gobierno en el País Vasco, Marisol Garmendia, junto con miembros destacados de la Policía Nacional, incluyendo al jefe de la sección de Estupefacientes, Alejandro Martín Blas, y al inspector jefe del Greco Levante, Enrique Azorín.
Los oficiales presentaron los hallazgos obtenidos durante la llamada Operación Polaris, que culminó en la incautación de un total de 450 kilogramos de 'speed', así como 500 litros de químicos utilizados en su producción, 10 kilos de cogollos de marihuana, una suma de 7.500 euros en efectivo, cinco vehículos y un arma de fuego. Se estima que el valor potencial de la droga en el mercado podría alcanzar los 14 millones de euros.
El operativo incluyó cinco registros en diversas localidades, como Zeberio, Trucios, Barakaldo, Igorre y Galdames, lo que permitió a las autoridades desmantelar tanto el laboratorio dedicado a la producción de anfetaminas como una plantación de marihuana. Los investigadores han destacado que este laboratorio contaba con la capacidad para producir hasta 500 kilos de 'speed' a la semana, convirtiéndolo en uno de los más significativos desmantelados en el norte de España en años recientes.
Garmendia expresó su satisfacción por los resultados de esta gran operación, resaltando que la Policía Nacional es la única fuerza en Europa especializada en la incautación de 'speed', una sustancia que se consume ampliamente en el País Vasco. También hizo hincapié en la magnitud del laboratorio y en el impacto que tiene la eliminación de tal cantidad de droga del mercado.
Por su parte, Martín Blas detalló que las investigaciones se iniciaron en noviembre del año anterior y se llevaron a cabo en cooperación con diversas agencias internacionales de inteligencia. Destacó las dificultades inherentes a la naturaleza de este tipo de operativos, dado el nivel de seguridad implementado por los involucrados y la estratégica ubicación de los laboratorios.
El laboratorio hallado se encontraba en una casa unifamiliar en una zona rural de difícil acceso, lo que complicó las operaciones de vigilancia y captura. Los investigadores pudieron detectar una significativa cantidad de precursores y lograron interceptar al encargado de la producción cuando salía de las instalaciones con un gran volumen de droga.
Martín Blas también subrayó la complejidad de intervenir en el momento óptimo, dado que una entrada anticipada o tardía podría resultar en el fracaso de la operación. Adicionalmente, señaló que el uso de marihuana por parte de estas organizaciones facilita la obtención de fondos rápidos para financiar operaciones más grandes, como la producción de anfetaminas.
El líder del grupo criminal identificado por la Policía era un empresario supuestamente exitoso, quien utilizaba su negocio como cubierta para sus actividades ilícitas. En el propio laboratorio, las autoridades encontraron instrucciones para la fabricación de 'speed', indicando que los responsables no eran necesariamente químicos cualificados, sino personas con el conocimiento práctico para llevar a cabo la producción.
Azorín mencionó que la intervención 'in fraganti' fue crucial, ya que de no haberse realizado en el momento adecuado, los estándares de seguridad que implementan estas organizaciones habrían permitido que la droga fuera trasladada antes de que las autoridades pudieran actuar, lo que también implicó riesgos, considerando la naturaleza del laboratorio. Además, se estima que los 'cocineros' que operan en estos entornos son escasos y muy buscados, lo que sugiere que podrían participar en múltiples laboratorios.
Finalmente, el juzgado de instrucción número 1 de Bilbao ha decidido enviar a prisión a tres de los detenidos: el cabecilla del grupo, el responsable de la producción y uno de los residentes del laboratorio. La investigación permanece abierta y no se descartan futuras detenciones.
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