
Antonio Maíllo, coordinador federal de Izquierda Unida (IU), ha expresado su firme postura respecto a la situación política actual y la necesidad de presentar presupuestos, considerándolo un "error" no hacerlo. Asegura que, aunque enfrente una falta de apoyo para su aprobación, el Gobierno debería agotar la legislatura. Su argumento se basa en que es imperativo continuar con una agenda presupuestaria visible que refleje las necesidades de los ciudadanos.
En una reciente entrevista en Radio Euskadi, Maíllo no escatimó en críticas a los partidos del PP y Junts, a quienes acusó de tener una "obsesión por castigar al Gobierno". Este enfoque, señaló, ha tenido consecuencias directas para los ciudadanos, a quienes ve como simples "peones" en una intrincada partida de ajedrez política. La postura de estos partidos, advirtió, deja de lado los intereses cruciales de pensionistas y trabajadores.
El rechazo al Decreto que incluía medidas esenciales como el aumento de pensiones y ayudas al transporte fue otro punto destacado en su discurso. Según su análisis, este rechazo es un reflejo de un ambiente político que se ha vuelto "muy tóxico", alejándose de las necesidades reales de la ciudadanía, lo que, a su juicio, se evidenció de manera descarnada en la última sesión del Congreso.
Maíllo lamentó que las decisiones del PP y Junts resulten en un perjuicio directo para los ciudadanos, que se verán privados de beneficios vitales como la revalorización de pensiones y ayudas específicas ante situaciones de vulnerabilidad. Criticó que este enfoque refleja una clara falta de consideración hacia las necesidades de la población y debería ser un punto de alerta sobre el deterioro democrático que afecta la calidad de la política en el país.
A pesar de reconocer que el uso de "decretos omnibus" no es la mejor práctica en términos de cultura política, Maíllo subrayó que la formalidad en la presentación de propuestas no debe obstaculizar la atención a las necesidades de la población. Hizo hincapié en que, cuando se trata de asuntos que afectan directamente a la ciudadanía, como las pensiones, no puede haber lugar para el juego político.
Al abordar el impacto de la eliminación de ciertas medidas fiscales, Maíllo advirtió sobre las repercusiones económicas que eso tendría para las Haciendas forales vascas, señalamientos que afectan la gestión de los recursos públicos y su deber de responder a las necesidades sociales. Se refirió a la fuerte influencia de los lobbies de grandes empresas energéticas como un factor que limita la capacidad del Estado para llevar a cabo políticas de justicia social.
El coordinador de IU propuso que, a pesar de las dificultades, el Gobierno debería acceder a presentar los presupuestos generales, en vez de evitar hacerlo a modo de prevención ante la falta de apoyo. Argumentó que este es un momento crucial para trazar un marco presupuestario que responda a las verdaderas necesidades de la población y que permita abordar temas fundamentales como la política de vivienda.
En su perspectiva, incluso si los presupuestos no logran ser aprobados, mantener la legislatura es esencial para la implementación de políticas que muestren una alternativa a las posiciones de la derecha. Maíllo llamó a contrarrestar la narrativa de la derecha y extrema derecha, asegurando que hay políticas que no solo no implican recortes, sino que también buscan resolver problemas significativos de la sociedad.
Por último, refiriéndose a la colaboración entre los ministerios de Yolanda Díaz y Carlos Cuerpo, destacó la importancia de resolver las tensiones inherentes a cualquier gobierno de coalición. Expresó optimismo por la posibilidad de alcanzar un acuerdo en torno a la reducción de la jornada laboral, afirmando que esta demanda ha sido efectiva en su desarrollo, señalando la necesidad de avanzar hacia una solución que beneficie a los trabajadores.
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