
En un giro inesperado dentro de los proyectos culturales del País Vasco, el patronato del Museo de Bellas Artes de Bilbao ha decidido aprobar la suspensión parcial de una sección de su ambiciosa obra de ampliación a solicitud de la unión temporal de empresas (UTE) encargada del proyecto, que subcontrató la estructura metálica a la empresa Inbersa.
Según las declaraciones del director de la pinacoteca, Miguel Zugaza, la tan esperada reapertura del museo, inicialmente programada para mediados de 2025, se ha visto frenada y ahora se pronostica para la primera mitad de 2026. Este desenlace se origina tras la compleja situación de insolvencia de la subcontrata Inbersa, la cual tenía la responsabilidad del trabajo metálico en el nuevo edificio titulado 'Agravitas', diseñado por los reconocidos arquitectos Norman Foster y Luis María Uriarte.
Zugaza ha manifestado que esta interrupción en el proceso constructivo de la cubierta del museo, solicitada por la UTE, provocará un retraso mínimo de tres meses en los trabajos de la obra. Esta UTE está compuesta por la empresa constructora Urbelan, S.A., Altuna y Uria, S.A., Campezo Obras y Servicios, S.A., y Teusa Técnicas de Restauración, S.A.
En la reunión del patronato del museo realizada este miércoles, se formalizó la aprobación de la suspensión parcial del proyecto, lo cual, según Zugaza, es resultado directo de la situación concursada de Inbersa, afectando específicamente a la fase de construcción relacionada con la estructura metálica del nuevo edificio que alberga el museo.
Inbersa, con sedes en Ponferrada y Fuenlabrada y compuesta por aproximadamente 120 trabajadores, no solo se encargaba de la cubierta del museo bilbaino, sino también de otros importantes proyectos como el Faro de Santander y la remodelación del estadio Camp Nou, todos los cuales ahora enfrentan incertidumbre respecto a sus plazos de finalización.
El director de la pinacoteca subrayó que, hasta el pasado verano, la obra avanzaba según lo previsto, y la nueva estructura del edificio 'Agravitas' era "notoriamente visible". Sin embargo, a partir de septiembre, se empezaron a postergar las entregas de los materiales necesarios para la construcción de la estructura metálica, lo cual generó preocupación.
Un mes atrás, Zugaza tomó conocimiento de la entrada en concurso de acreedores de Inbersa, un contratiempo que ha lamentado profundamente, ya que ha dejado en una situación comprometida la finalización de la cubierta del nuevo edificio.
A pesar de las adversidades, Zugaza ha manifestado su confianza en que se encontrará una solución adecuada y rápida para este imprevisto, remarcando su compromiso de respetar la situación concursal de la empresa con el objetivo de atender el bienestar de su plantilla. También ha expresado su apoyo a la UTE para que, con la mayor celeridad y garantías, encuentren una salida al dilema actual.
El director ha hecho hincapié en la importancia de ser "muy precisos" al mencionar que la suspensión aprobada afecta exclusivamente al proceso de construcción de la estructura metálica, que es la razón por la cual la UTE solicitó la interrupción. No obstante, ha asegurado que el resto de la obra avanza sin problemas y ha instado a evitar un alarmismo innecesario.
El objetivo ahora es establecer un marco temporal excepcional de tres meses, que es lo que permite el contrato, tras el cual se evaluará la propuesta de la UTE para remediar la situación contractual. Previsiblemente, este contratiempo obstaculizará el plazo de entrega del edificio, que originalmente estaba fijado para julio de 2025, ahora proyectándose hasta noviembre de ese mismo año, lo que implica que la inauguración y la reapertura al público se trasladarían a 2026.
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