Esteban pide una mejora en el estatus de Euskadi con énfasis en reconocimiento nacional y mayor participación internacional.

En medio de un clima político español marcado por la inestabilidad, el panorama ha cambiado abruptamente, transicionando de un extremo de "hiperprogresismo" al riesgo de un "autoritarismo fascista". Esta alarmante evolución ha sido tema de discusión en diversos círculos políticos y sociales.
Durante el reciente 'Alderdi Eguna' en Vitoria, Aitor Esteban, presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV), se comprometió a perseguir un "nuevo estatus para Euskadi". No obstante, dejó claro que este debe ser un verdadero avance en términos de reconocimiento nacional y presencia internacional. Esteban también destacó las diferencias fundamentales entre su partido y EH Bildu en áreas críticas como la sanidad y las políticas fiscales.
Esteban enfatizó el papel central del PNV en un contexto político polarizado, donde la moderación parece deslegitimada. Según su opinión, su partido representa un punto de equilibrio necesario para mantener en armonía a la sociedad vasca. Afirmó con firmeza que el PNV es un partido de acción y compromiso, distante de las caricaturas que otros, como EH Bildu y el PP, les asignan.
En su discurso, el líder del PNV criticó con dureza la actual dinámica política, señalando que, a lo largo de la última década, diferentes partidos han llegado a ser “modas”. Desde la irrupción de Podemos hasta el auge actual de Vox, Esteban observó que la política española experimenta transformaciones rápidas y preocupantes.
Durante su intervención, Esteban no pudo evitar comentar sobre la caótica situación internacional, donde diversos conflictos resaltan la deshumanización y la ley del más fuerte. También condenó las acciones del gobierno de Israel respecto a Gaza, subrayando que su forma de actuar choca con los principios del mundo libre que emergieron tras la Segunda Guerra Mundial.
La gravedad de la situación actual, con un alto número de víctimas y ataques indiscriminados, fue un aspecto que Esteban deploró profundamente. Hizo hincapié en que la historia nos ha enseñado, al igual que en el pasado no se podía aplicar cualquier método para combatir a Franco, tampoco se deben usar tácticas cuestionables contra el terrorismo.
A pesar de la presidenta del PNV, el clima político en Euskadi, a su juicio, sigue siendo mucho más sano que el de la política nacional, aunque advirtió sobre los “malos olores” que podían estar permeando la sociedad vasca desde Madrid. Criticó las actitudes del PP, que, según Esteban, se basan en la falta de respeto hacia el tejido político vasco.
El líder del PNV argumentó que el modelo del PP se basa en una visión monolítica, con un solo símbolo y una única voz, que no representa la realidad plural de Euskadi. Esteban defendió la tradición del PNV de trabajar para armonizar en lugar de incendiar divisiones, reafirmando la diversidad del país como un valor en el que su partido se siente cómodo.
A pesar de las críticas hacia EH Bildu, Esteban dejó un resquicio para la posibilidad de llegar a un acuerdo, especialmente en temas relacionados con el autogobierno. Sin embargo, cuestionó la sinceridad de las intenciones de EH Bildu, sugiriendo que, a menudo, su enfoque parece más político que constructivo.
En una nota de firmeza, Esteban reiteró que el PNV no escatimará en esfuerzos para alcanzar un nuevo estatus político, siempre y cuando este represente un verdadero avance en el reconocimiento y la autonomía de Euskadi. Consciente de las complicaciones que el turbulento escenario político en España puede implicar, concluyó que su partido seguirá luchando por el autogobierno y el bienestar de la sociedad vasca.
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