San Sebastián, 20 de marzo. En un desarrollo inquietante, el fiscal ha establecido que un instructor de surf de Hondarribia, acusado de abusar de once menores, organizó su escuela como una "auténtica máquina para el abuso sexual de niños". Según las afirmaciones del ministerio público, el monitor adoptó el rol de "lobo" mientras sus alumnos eran tratados como un "rebaño", lo que le permitió acceder a sus "más oscuros deseos".

Durante la novena jornada del juicio en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Gipuzkoa, se expusieron las conclusiones finales, donde el fiscal argumentó que el acusado tenía un método muy detallado y repetitivo al abordar a sus víctimas.

De acuerdo con la Fiscalía, el monitor seleccionaba a sus "presas", lograba que se sintieran "especiales" y, posteriormente, en su furgoneta y a solas, iniciaba acciones que iban desde besos hasta tocamientos, masturbaciones y felaciones. Asimismo, se reveló que durante los campamentos dormía junto a su víctima seleccionada, justificándose con la falta de camas, y que en algunos casos llegó a llevar a cabo actos de penetración.

El fiscal enfatizó que el instructor usaba su posición para implementar una "estrategia de asfixia", sometiendo a los menores a un terreno de coerción, donde chantajeaba a los niños indicándoles que, si no accedían a sus requerimientos, movilizaría en su contra al resto de sus compañeros.

Las víctimas se encontraban en una situación paralizante, atrapadas en un estado de "pánico y terror". Si algún menor se atrevía a resistirse, el monitor rápidamente buscaba a otro niño, repitiendo el ciclo de abuso que se extendió por una década.

El representante del ministerio público ha mantenido su solicitud de 85 años de prisión para el acusado, distribuidos en 84 años por once delitos de abuso sexual a menores de 16 años y un año adicional por posesión de material pornográfico infantil.

En la sesión de hoy, una de las acusaciones particulares ha desechado la idea de "invento o complot", subrayando la profunda carga emocional que las víctimas han soportado, que incluye sentimientos de "angustia, impotencia, miedo y vergüenza". Esa acusación reclama 16 años de cárcel para el instructor de surf. Se anticipa que el juicio continuará este viernes, momento en el cual el caso podría quedar listo para sentencia.