La final de la UEFA Europa League 2025 inyecta más de 52 millones de euros en la economía del País Vasco.

La celebración de la UEFA Europa League 2025 en San Mamés representa un notable éxito económico para la región vasca, con un impacto que ha alcanzado los 52,25 millones de euros. Esta suma se traduce en un retorno sobre la inversión que supera en 13 veces los recursos destinados por las autoridades locales, que incluyen el Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao.
Un informe elaborado por Ikertalde, que analiza el impacto del evento desde diferentes perspectivas económicas, sociales y ambientales, respalda estas cifras. La final, que tuvo lugar el 21 de mayo, no solo generó ingresos significativos, sino que también involucró a empresas y trabajadores locales, proporcionando un impulso directo a la economía vasca.
De los 11,52 millones de euros en gasto organizativo registrado, un total de 8,86 millones provino de pagos a empresas y personal de la región. Esto se suma a una inversión de 2,12 millones de euros realizada por las tres instituciones vascas implicadas en la organización, además de las contribuciones de la UEFA, la RFEF y los clubs finalistas.
La llegada de aficionados y turistas también desempeñó un papel crucial, generando un impacto económico adicional de 23,83 millones de euros. Los asistentes a la final aportaron más de 19 millones, siendo los visitantes que pernoctaron los responsables de la mayor parte de este gasto, en especial en alojamiento, que representó un 57,3% de este monto.
El impacto económico inducido, que considera el efecto secundario en la cadena de valor empresarial, alcanzó casi 16,9 millones de euros. Asimismo, la final contribuyó al PIB de Euskadi con cerca de 30 millones, creando empleo para 844 personas y contratando a un centenar de empresas locales.
Un total de 85.930 personas asistieron al evento, predominando el público británico, que conformó el 61% de los asistentes, mientras que solo el 18% era de la región vasca. Además, un 65% de los visitantes eran menores de 45 años, con una mayoría de entre 25 y 44 años.
De estas, 49.862 personas accedieron al estadio, y 36.068 participaron de otras actividades relacionadas con la final. Los grupos de amigos formaron el núcleo de la asistencia, seguidos por participantes familiares y en pareja.
Gorka Iturriaga, director de Actividad Física y Deporte del Gobierno Vasco, resaltó que el evento fue mucho más que un simple acontecimiento deportivo; fue una plataforma para fortalecer el sector deportivo de Euskadi y demostrar su capacidad organizativa. “El impacto va más allá de las cifras”, afirmó.
Ainara Basurko, diputada de Promoción Económica, enfatizó la importancia de este tipo de eventos internacionales para posicionar a Bizkaia como un destino atractivo y competitivo a nivel global. Destacó la capacidad de la región para atraer talento e inversiones a través de su excelente organización y hospitalidad.
Por su parte, Kontxi Claver, concejala de Desarrollo Económico, elogió la alta satisfacción manifestada por los asistentes, lo que refleja la capacidad organizativa de Bilbao y su potencial para futuros eventos. “Es fundamental proyectar nuestra ciudad al mundo”, añadió.
Durante el evento, se registró una movilización turística de 54.595 personas, y un 64% de los asistentes pernoctaron en la región, con una duración media de estancia de más de dos noches. La gran mayoría optó por volar y hospedarse en hoteles, con un 35% eligiendo apartamentos turísticos.
Los visitantes llegaron principalmente atraídos por la magnitud del evento y la oportunidad de explorar Bilbao y Euskadi en un contexto excepcional. El 47% de quienes asistieron recomendarían fuertemente la región. La experiencia fue evaluada con una calificación promedio de 8,5 sobre 10, reflejando un alto nivel de satisfacción general.
La hospitalidad del personal y la sensación de seguridad también fueron valoradas positivamente, al igual que el entusiasmo de la población local y la calidad del estadio San Mamés, con calificaciones que rondaron el 8,6.
El evento dejó una huella positiva en la sociedad vasca, generando orgullo en el 76% de los habitantes y la percepción de que en la región se organizan eventos atractivos, con un 80% a favor de seguir atrayendo acontecimientos de este nivel. Las principales quejas fueron sobre el costo de vida y el aparcamiento en la ciudad.
Entre el 1 de enero y el 24 de mayo de 2025, la cobertura mediática del evento fue notable, con 6.720 menciones en diversos medios, incluyendo redes sociales, alcanzando un valor económico de 34 millones de euros. Más del 40% de las menciones correspondieron a medios locales.
El evento también se benefició del trabajo de 270 voluntarios y la colaboración de 11 organizaciones sociales en Bizkaia, logrando una tasa de separación de residuos del 58,41%. La estrategia de movilidad, enfocada en la sostenibilidad, facilitó el transporte mediante servicios de autobuses desde áreas disuasorias, priorizando el enfoque peatonal en Bilbao.
Tras el éxito de la final de la UEFA y otros eventos deportivos recientes, la ciudad se prepara para las finales de rugby de 2026, con el respaldo de las tres instituciones mencionadas. Las entradas para estos eventos ya están disponibles, ofreciendo paquetes especiales para los aficionados.
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