
En Bilbao, el 28 de julio, se ha generado un significativo debate sobre el nuevo acuerdo de aranceles entre Europa y Estados Unidos, el cual ha sido catalogado como un “pesado lastre” para varios sectores industriales vascos. Confebask, la patronal del País Vasco, ha señalado que este trato impactará especialmente a la industria del acero, la automoción y la máquina herramienta, que son fundamentales para la economía local.
El pronunciamiento de Confebask, en conjunto con sus organizaciones territoriales (Adegi, Cebek y SEA), ha hecho referencia a la implementación de un arancel general del 15% sobre las importaciones estadounidenses hacia la Unión Europea, y del 50% específicamente para acero y aluminio. Esta medida ha suscitado preocupaciones sobre sus efectos a largo plazo en la competitividad de la industria vasca.
Aunque todavía se encuentran a la espera de detalles adicionales sobre el acuerdo, las organizaciones empresariales han indicado que, si bien la situación aleja una posible guerra comercial, la idea de imponer aranceles es inherentemente negativa y impactará de manera adversa en la economía. La incertidumbre sobre los efectos de estas tarifas se mantiene, y su evaluación se verá enriquecida a medida que se divulguen más aspectos del acuerdo.
Desde la óptica de las patronales vascas, la llegada de aranceles marca un giro hacia una era de proteccionismo, lo que va en contra de los principios de libre mercado y desarrollo global. En Euskadi, se considera que esta medida resultará en un aumento de costos para las empresas locales que operan en sectores clave, lo que podría frenar su crecimiento y competitividad.
Además, Confebask ha manifestado dudas sobre cómo se trasladará esta política arancelaria a las relaciones comerciales con China, un país que representa una competencia directa para los negocios vascos. El temor es que, a raíz de este trato, las empresas del País Vasco queden en una posición de desventaja clara frente a sus rivales asiáticos.
Por otro lado, las patronales han recordado que el impacto del acuerdo podría extenderse a otros sectores esenciales, como el energético, debido a la obligación que tendría la Unión Europea de realizar compras masivas a Estados Unidos en los próximos años. Esto es motivo de preocupación, dado que podría alterar las dinámicas de mercado de la región.
Asimismo, los representantes empresariales han alertado sobre la incertidumbre que persiste respecto a sectores estratégicos, como el vitivinícola, cuya situación podría verse afectada por las nuevas condiciones comerciales. Se requiere más información para determinar el alcance total de estas implicaciones.
Finalmente, las organizaciones empresariales han expresado su esperanza de que las iniciativas de cooperación entre el sector público y privado promovidas por el Gobierno vasco tengan un efecto positivo y sirvan para mitigar los posibles daños que este acuerdo pudiera infligir en las empresas y la sociedad vasca en general.
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