El Gobierno Vasco busca revitalizar el sector de rederas atrayendo a jóvenes para contrarrestar su envejecimiento.

En los últimos diez años, la comunidad pesquera de Gipuzkoa ha visto un drástico descenso en el número de rederas activas, que ha disminuido más del 50%, pasando de más de 60 en 2016 a tan solo una treintena en 2024. Esta alarmante disminución plantea serios interrogantes sobre el futuro de una actividad que ha sido un pilar fundamental para la economía local y la cultura marítima de la región.
BILBAO, 25 de enero. La consejera de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco, Amaia Barredo, ha enfatizado la urgente necesidad de "atraer a nuevas generaciones" al sector de las rederas. La preocupación mayor radica en el envejecimiento del colectivo, y Barredo ha dejado claro que es vital "garantizar una sostenibilidad que sustente" la actividad pesquera vasca, asegurando que no se pierda este legado cultural y económico.
Durante un encuentro celebrado el sábado en Orio (Gipuzkoa) con las rederas de la costa vasca, que contó con la presencia de Marian Uribeetxeberria, la consejera ha expresado su gratitud hacia los miembros del colectivo "por ese gran y duro trabajo". Además, hizo un llamado a que los jóvenes se sientan motivados a "sucederles" en estas labores, subrayando la importancia de que se realice en "las mejores condiciones, aprovechando cualquier avance técnico y formativo".
Acompañada por altos funcionarios como el viceconsejero de Pesca y Desarrollo Litoral, Leandro Azkue, y otros destacados directores del área marítima, Barredo ha asistido a la reunión anual de las mujeres rederas, en la que se rindió homenaje a Rakel Irigoien de Getaria, quien recientemente se jubiló. Este reconocimiento subraya la relevancia de las contribuciones de mujeres en una industria que ha sido tradicionalmente masculina y que ahora necesita adaptarse a los desafíos contemporáneos.
El Departamento de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca ha indicado que el colectivo de mujeres en el sector pesquero vasco incluye diversos subsectores que atienden a distintas necesidades productivas y funcionales de la flota pesquera, como son las rederas, neskatilas y empacadoras. Esta diversidad es crucial para comprender el impacto que tiene el declive de las rederas en la economía local.
Las tres asociaciones de mujeres del sector pesquero vasco—la Asociación Bermeoko Neskatila eta Saregin Autonomoen Elkartea, la Asociación Ondarruko Neskatilen Elkartea y la Asociación Saregin eta Kai Neskatileen Euskadiko Elkartea—se han unido en una Federación de Mujeres Trabajadoras del Mar de Euskadi. Esta federación representa a aproximadamente 50 mujeres que desempeñan su labor en los puertos de Bermeo, Lekeitio, Ondarroa, Getaria, Orio y Hondarribia, uniendo fuerzas en un sector que enfrenta desafíos significativos.
Barredo ha señalado la importancia de reconocer la labor de quienes están en el cargo y de quienes se retiran, expresando su preocupación por la necesidad de un relevo generacional. "Es fundamental atraer nuevas generaciones", ha afirmado, reafirmando la relevancia de las mujeres que trabajan en tierra para el sector pesquero. Estas profesionales son vistas como esenciales para el futuro de la industria local.
La consejera ha planteado que "es preciso revertir la tendencia al envejecimiento del colectivo", enfatizando que la sostenibilidad de la actividad pesquera es necesaria no solo para mantener la economía local, sino también para preservar el patrimonio cultural de las comunidades costeras del País Vasco.
Uno de los aspectos cruciales abordados fue el reconocimiento de los coeficientes reductores, que según Barredo "marca un antes y un después en la historia de las mujeres del sector pesquero". Esta medida, que permite adelantar la edad de jubilación de las trabajadoras, representa un paso importante hacia la mejora de las condiciones laborales en el sector, que necesita también un renovado compromiso de todos para asegurar su viabilidad futura.
La situación actual es preocupante, con una media de edad del colectivo superior a los 50 años. En Gipuzkoa, la alarmante caída de más del 50% en el número de rederas activas en una década resalta la necesidad de acciones urgentes. "Estas trabajadoras son fundamentales para la flota de cerco de Gipuzkoa", ha recordado Barredo, enfatizando la importancia de su labor para la industria local.
Por su parte, en Bizkaia, la situación no es muy diferente; la profesión de redera ha tenido un notable retroceso debido a la escasa presencia de la pesca de cerco. Sin embargo, aún se pueden encontrar algunas trabajadoras en localidades como Lekeitio y Bermeo, quienes, a pesar de los obstáculos, mantienen viva una labor esencial en el sector pesquero.
La consejera Barredo ha mencionado que, desde su departamento y con colaboración de entidades como Hazi y asociaciones de rederas, se ha lanzado el proyecto piloto "Programa Saretzen". Este programa tiene como objetivo captar, formar y capacitar a futuras rederas para los puertos de Gipuzkoa, donde se está produciendo un importante cambio generacional debido a las jubilaciones de las trabajadoras actuales.
El viceconsejero Leandro Azkue ha indicado que "Saretzen" debe evolucionar hacia un programa formativo especializado que facilite el aprendizaje y la inserción laboral de nuevas rederas, además de ofrecer apoyo económico. Este paso es vital para que las mujeres que se decidan a entrar en el sector lo hagan con dignidad y seguridad.
El programa piloto Saretzen, iniciado el 9 de enero de 2024, se extenderá hasta el 17 de abril de este año. Durante su desarrollo, las participantes pueden obtener un certificado de profesionalidad en "confección y mantenimiento de artes y aparejos de pesca", que incluye formación teórica, prácticas no laborales y, finalmente, un contrato formativo para aplicar sus conocimientos en la práctica.
Hasta el momento, trece personas se inscribieron en el programa, logrando regularizar su situación y obtener el certificado cuatro mujeres que ya trabajaban en el sector. Otras cinco continúan dentro del programa con un contrato formativo, mientras que una más ha sido contratada por un armador. Estos avances son pasos importantes para revitalizar un sector que muchos consideran que no solo necesita apoyo, sino un renovado interés juvenil.
Una vez que finalice el programa piloto, Azkue ha afirmado que se llevará a cabo una evaluación para mejorar y diseñar una nueva convocatoria, con la intención de reactivar el programa cada dos años, dependiendo siempre de las necesidades del sector. Esta proactividad es esencial para garantizar que la industria pesquera vasca no solo subsista, sino que también prospere en un futuro incierto.
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