Crónica País Vasco.

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Organización 'Ucrania-Euskadi' critica la proyección de cinta rusa en el Festival de San Sebastián.

Organización 'Ucrania-Euskadi' critica la proyección de cinta rusa en el Festival de San Sebastián.

La Asociación 'Ucrania-Euskadi' ha manifestado su fuerte desconcierto e indignación ante la inclusión de la película rusa 'Chuzhie zemli', dirigida por Anton Yarush y Sergey Borovkoven, en la 73 edición del Festival de San Sebastián 2025.

El colectivo ha subrayado que esta producción proviene de productores que han guardado silencio frente a la invasión y las atrocidades perpetradas por Rusia, señalando que este silencio equivale a una forma de complicidad.

A través de un comunicado, la asociación ha recordado que en 2022, el Festival se comprometió a dar un espacio a aquellas voces rusas que se opusieran a la agresión de su país, lamentando que hoy esta promesa no se esté cumpliendo.

La asociación también ha enfatizado que, aunque el director del Festival, José Luis Rebordinos, ha desestimado los 'boicots culturales', no están pidiendo uno, sino que exigen una alineación con las declaraciones previas del evento donostiarra.

"Lo que se prometió en 2022 se ha convertido en un mero acto vacío; aquellos que no condenan la invasión no deberían haber sido seleccionados. Ya que lo han sido, es imperativo que se pronuncien públicamente en contra de la misma", afirmaron desde el colectivo.

En este sentido, insistieron en que Rusia está utilizando la cultura como un medio de propaganda, presentando la participación de cineastas rusos en festivales internacionales como un triunfo diplomático.

"Esta estrategia está diseñada para utilizar la cultura como un mecanismo para limpiar la imagen de la guerra y normalizar las atrocidades cometidas. Aceptar estas obras comunica que la agresión y el genocidio carecen de consecuencias", añadieron.

La Asociación 'Ucrania-Euskadi' también hizo un desglose del doloroso impacto de la invasión, citando cifras que indican que hasta ahora han fallecido 13,580 civiles, incluyendo familias enteras, y 716 niños desde 2022. Además, señalaron que 1,553 monumentos y 2,388 edificios culturales han sido destruidos o dañados.

Denunciaron que en áreas ocupadas, la represión es sistemática, incluyendo asesinatos, torturas y ejecuciones de civiles, artistas y cualquier persona que luche por preservar la lengua y cultura ucraniana. "Cada acto de violencia, deportación y destrucción cultural es parte de un plan meticulosamente diseñado, no un efecto colateral", destacaron.

Finalmente, exigieron que los productores y participantes rusos "condenen públicamente la invasión", reiterando que la película "nunca debió ser incluida en la selección debido a su silencio ante los crímenes de Rusia".

"Esto no se trata de un boicot cultural, sino de adherirse al principio que el Festival ha proclamado de dar visibilidad a voces críticas. Sin esta condición, la película tiene que ser retirada de la programación para mantener la coherencia con los principios del Festival y proteger la cultura como un espacio de verdad y dignidad", concluyeron.