El Lehendakari, Iñigo Urkullu, ha realizado un llamamiento a la paz desde Hiroshima, Japón, en medio de la guerra en Gaza y el conflicto en Ucrania. Urkullu destacó la importancia de vivir y convivir en paz y preservar a las futuras generaciones de la guerra.
El Lehendakari visitó el Museo Contemporáneo de la Paz y el Parque memorial en Hiroshima, donde recordó los terribles efectos de la bomba atómica lanzada en 1945 que causó la muerte de más de 140.000 personas.
Urkullu señaló que Hiroshima y Gernika, la ciudad vasca bombardeada durante la Guerra Civil Española, son ciudades mártires que han sufrido la barbarie de la guerra. Hizo un llamamiento a la paz en un momento en el que se producen conflictos y guerras que causan víctimas y destrucción.
El Lehendakari resaltó la importancia de educar en valores y el compromiso por un mundo más justo y basado en la paz y los derechos humanos. Subrayó que se debe luchar contra la violencia y la guerra desde el corazón y la conciencia de la humanidad.
Urkullu expresó la necesidad de seguir reivindicando la paz y destacó que el Museo Hiroshima refleja la inhumanidad que puede existir en las personas cuando no se toma en consideración la dignidad humana.
El Lehendakari se reunió con el alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, y acordaron reforzar la colaboración entre el centro para la Paz y Cultura de la ciudad japonesa y Gogora-Instituto vasco de la Memoria, la Convivencia, y los Derechos Humanos.
El convenio incluirá iniciativas para promover el intercambio entre jóvenes de Euskadi y Hiroshima.
Las imágenes y objetos que recuerdan la masacre de Hiroshima causaron un fuerte impacto en la delegación vasca. Urkullu se mostró visiblemente conmocionado y su esposa, Lucía Arieta-Araunabeña, no pudo contener las lágrimas.
El Museo Contemporáneo de la Paz expone en detalle la catástrofe provocada por la bomba atómica, con fotografías, ropa de las víctimas, pinturas de supervivientes y otros objetos que recrean el momento de la explosión.
El Lehendakari preguntó por qué los estadounidenses lanzaron una segunda bomba atómica en Nagasaki después de ver la destrucción causada en Hiroshima. La respuesta fue que querían poner fin cuanto antes a la Segunda Guerra Mundial y Japón se rindió poco después.
Tras visitar el museo, Urkullu plasmó su firma en el libro de autoridades y entregó una reproducción del árbol de Gernika al director del centro museístico.